La unión familiar

Siempre solemos escuchar de algunas personas que lo más bonito de su familia es la unión. Pero ¿qué es la unión familiar?
                                                                                                               
La frase mencionada nos ilustra o pudiéramos graficar en nuestra mente que se trata de una colaboración y un trabajo en equipo de todos los integrantes para gestionar cualquier situación que se presente en el diario vivir. Desde el amanecer hasta el anochecer. Desde la distribución de los quehaceres domésticos, las responsabilidades económicas, educativas, emocionales, espirituales, hasta la organización del disfrute familiar. ¿O no?

                                              

                                    
Pudiéramos hacer analogía entre la unión familiar con lo que sucede en los equipos deportivos, donde cada uno de sus integrantes cumple un rol, según sus habilidades, para realizar la mejor jugada y lograr la victoria, y donde un error o un individualismo de algún participante puede significar la derrota.
                                               
                                                                

Precisamente es a este momento al que quiero llegar en lo referente a la unión familiar, ¿Qué hacer cuando uno de sus integrantes cometió el error? ¿Se acabó el equipo? ¿Significa la derrota de la familia? Y no quiero imaginar si quién cometió el error fuese un hijo. ¿Qué harías como padre, madre, hermano, abuelo, tío?

                                                                

Si de verdad hablamos de unión familiar, ni las derrotas podrán con la solidez ni la fuerza de la familia, por el contrario, se consolida por medio del problema por el cual todos deberán re-unirse para buscar solución, recibir lecciones, aprender y demostrarse a sí mismos que la familia va más allá de la unión por parentesco, como se le conoce antropológicamente. Que toda familia tiene luces y sombras, no son perfectas, tan solo recibe movimientos de alertas para reajustarse emocional y espiritualmente; Si es así, bienvenido el problema que enriquece nuestra historia familiar.
   
                                                                

 
                                          
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